El efecto Covid-19 en la asistencia en carretera

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El estado de alarma está afectando a todos los sectores, y el de la asistencia en carretera no iba a ser menos. Sin embargo, es precisamente en situaciones de tanta excepcionalidad donde cabe resaltar lo crucial que es este servicio.


La pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19) nos coloca ante una realidad económica que, tras la cuarentena, situará al país en “una perturbación sin precedentes”, según ha declarado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) estima que al final de estas cuatro semanas de confinamiento podrían perderse al menos 300.000 empleos; de entre los tipos de pymes, las microempresas que cuentan con no más de 10 trabajadores se llevarían la peor parte (23 % de destrucción de puestos), según previsiones de El País.

El estado de alarma decretado el pasado sábado 14 marzo -y prorrogado este fin de semana por 15 días más- ha sumido a la ciudadanía en un confinamiento que en muchos casos supone un cese, o ralentización, de la actividad. Paralización total, teletrabajo o adaptación al mismo… lo cierto es que los desplazamientos están prácticamente prohibidos, y la vida, detenida. Mientras el Gobierno despliega su estrategia de contención del virus, y el personal sanitario, así como el de otros sectores básicos, se juegan la vida en primera línea.

 

La asistencia en carretera: imprescindible

Uno de esos sectores es el de la asistencia en carretera. El Real Decreto 463/2020 que declaraba el estado de alarma, y su posterior modificación, permite circular a los vehículos de auxilio en carretera, cuya actividad sigue siendo imprescindible para acudir a la llamada de aquellos vehículos que sufren incidencias o accidentes en las vías. Otros vehículos que estarían exentos de la prohibición de circular son los de distribución de productos sanitarios, los de conservación y mantenimiento de carreteras, los que recogen residuos sólidos urbanos, etcétera.

En el caso de las empresas de auxilio en carretera se habrían establecido en principio ciertas limitaciones, según la Asociación Española de Empresas de Auxilio en Carretera (ANEAC), como la de no asistir a un vehículo que es tuviese a más de 60 kilómetros del domicilio del usuario. Aunque el RACE (Real Automóvil Club de España), por otro lado, no contemplaría esa limitación, y lo que estaría haciendo es reagrupar a dos vehículos o más en una misma grúa si el vehículo supera los 150 kilómetros hasta su localidad de origen.

 

Estrategias frente a una situación excepcional

Las empresas del ramo están facilitando a los conductores guantes y geles hidroalcohólicos, e informando de las instrucciones de higiene y limpieza, estrictas, que han de seguir durante la crisis en cualquier servicio. Sin embargo, la Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC) acaba de lanzar un comunicado junto con AGREGA-GRÚAS (perteneciente a la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España, FENADISMER), solicitando al Gobierno que facilite los Equipos de Protección Individual (EPIs) para salvaguardar a las plantillas, basándose en la ORDEN TMA 263/2920.

Tanto REAC como AGREGA-GRÚAS han puesto de manifiesto la realidad de la facturación del auxilio en carretera: las caídas del tráfico de camiones y de turismos han sido del 39 % y 85 %, y esto afecta a la realidad del servicio. Los datos sectoriales indican un descenso del 91 % en lo que a siniestralidad y averías se refiere; esto, traducido en perspectivas para el sector de la automoción y el transporte, significaría un escenario propicio para la aparición de los ERTEs. 

Emilio Domínguez del Valle, presidente de la Agrupación de Profesionales del Auxilio en Carretera y asesor de REAC, ha hablado en esta tribuna, publicada en El Español de la necesidad de que el Gobierno facilite apoyo económico y burocrático para una reducción estratégica de las plantillas. Se trata de una actividad, según los agrupados de REAC, auxiliar y asistencial con respecto al transporte por carretera, no de una actividad de transporte propiamente dicha (como es considerada).

 

A causas mayores, soluciones mayores

En este sentido, desde REAC se apela a la responsabilidad social corporativa, instando a las empresas de grúas repartidas por todo el país y por los archipiélagos a que “permanezcan de retén o activos, ante la situación del Covid-19”, con el fin de minimizar la exposición del personal al riesgo de contagio. Hablan de un centenar de empresas, con más de 1.500 profesionales trabajando en un sector muy especializado y vital para brindar un servicio que asegure la seguridad de todas las personas implicadas: gruístas y usuarios. 

Pese a la bajada de las llamadas con motivo de accidentes (algo lógico, si se tiene en cuenta el descenso drástico de los vehículos que circulan), la asistencia en carretera es un servicio primordial para las personas que se desplazan día a día a sus puestos de trabajo: sanitarios, pero también personal de supermercados y grandes superficies, transportistas, servicios de limpieza municipales, etcétera. Así como para las Fuerzas de Seguridad del Estado y los servicios de emergencia.