Automoción y tecnología blockchain
Llevan avisándonos desde hace dos o tres años: la blockchain podría cambiarnos la vida. El sistema de la “cadena de bloques”, más allá de bitcoin, empieza a dar el salto a diferentes sectores. El nuestro entre ellos.
¿Qué es una plataforma blockchain? En el siglo XXI, producir, gestionar y almacenar información es una constante en nuestras vidas. Todo el tiempo. La tecnología blockchain fue creada en 1991, pero hasta 2009, con el advenimiento de la criptomoneda bitcoin de Satoshi Nakamoto (que la usó como base), no sería conocida entre el gran público.
Blockchain significa «cadena de bloques». Cada bloque contiene lo siguiente:
- La información que administra.
- El hash, o número de identificación del bloque (número único e irrepetible: cada bloque tiene el suyo).
- Y el hash del bloque anterior, de manera que cada bloque está conectado con el que le precede y el que le sucede.
La clave está en ese hash, por la razón siguiente: este número está a la vista de mucha gente, la comunidad de usuarios. Además, el hash se genera según el contenido del bloque, y si se produce alguna modificación, dicho número cambiará y ya no conectará con el siguiente; la cadena queda invalidada y todo el mundo lo detectará.
Se trata de una red P2P, peer to peer: es decir, entre iguales. La persona interesada puede utilizar esta tecnología, o contribuir a la cadena. Esto último es lo que hacen los denominados «mineros», quienes se dedican a crear bloques, previa resolución de un problema matemático… por lo que reciben una recompensa a posteriori.
Permite realizar estas tareas de manera digitalizada, eludiendo el gran problemón que supone trabajar con ordenadores: el hackeo para el mal. Así pues, la blockchain evita, gracias a su arquitectura, los ciberataques. Es una promesa de descentralización, por un lado, y de inalterabilidad de datos, por otro.
Una tecnología para la transacción y el intercambio
Si hasta ahora -en lo que va de historia de internet-, lo que hemos compartido ha sido información, con la «cadena de bloques» lo que se pretende intercambiar es valor. Creando otra capa dentro de la red, como explica el consultor y experto en cómo usar la tecnología blockchain Alex Preukschat.
Se está diciendo que 2021 será el año en que “explote” la blockchain en lo que automoción se refiere). Lo dice un estudio que en 2019 encargó el Instituto IBM en colaboración con Oxford Economics, titulado “Atreverse a ser el primero, cómo los pioneros de los automóviles están dando el salto hacia el blockchain”. Participaron 1.314 ejecutivos de la automoción de 10 países y 10 sectores automotrices.
Grandes empresas como Telefónica llevan tiempo mostrando cómo aplicar en la logística la blockchain a los sensores de la IoT (Internet de las Cosas), en combinación con el 5G. Ya lo hicieron en un proyecto relacionado con la automoción donde participaban SEAT y Ficosa, dentro del Mobile World Congress (MWC) de 2018.
¿Es fiable la blockchain?
Sí, blockchain es fiable. Se puede usar para la firma de contratos, para ejercer el voto, almacenar registros médicos o efectuar con seguridad transacciones bancarias. Dado que permite la trazabilidad eficiente en la cadena de suministro, es una tecnología perfecta para la mejora de la logística, la distribución de alimentos y productos. Se trata de “una base de datos distribuida y segura (gracias al cifrado)”, como explica Javier Pastor en Xataka.
La autentificación de acceso a automóviles, la experiencia del cliente y el sector posventa, en la automoción, pueden -y deben- verse revolucionadas por la blockchain. En la automoción, existe la posibilidad de rastrear el ciclo de vida de los componentes de un vehículo, para verificarlos y evitar fraudes.
Cabe la opción de que los coches autónomos integren los datos sobre su estado, así como las acciones relacionadas con ellos, en tiempo real. Según explica el informe de Fundación Telefónica relacionado con la sociedad digital de 2018: “se han implementado capacidades adicionales como la escritura automática de eventos en la cadena de bloques, la gestión de documentación y los smart contracts, que se ejecutan automáticamente en función de los eventos ocurridos en los diferentes puntos de la cadena de suministro”.
Fuente de la infografía: Freepik.